jueves, 28 de mayo de 2009

Sarah Kane


No hace demasiado tiempo cayó en mis manos, por casualidad, un libro que reunía las cinco obras de teatro completas de esta autora, Sarah kane, británica, bollera y suicida. Con 28 años y tras dos intentos; en el año 1999 con el tercero lo consiguió, se quitó de en medio. Se fue ahorcándose. Como lo anunció en su última obra.

"A las 4.48 cuando la desesperación visita,
habré de colgarme,
al compás de la respiración de mi amante."


Drogas, fármacos, suicidios y el poderoso influjo de la muerte se cuelan por la obra de Kane, como temáticas recurrentes, como obsesiones personales que, sin embargo, se universalizan en ambientes cotidianos, con personajes comunes y corrientes, vacíos, desesperados, amargados y en muchos casos existenciales. La simbiosis entre las obsesiones personales de la autora y los conflictos escenificados en sus obras revelan la profunda convicción de Kane de crear desde la experiencia, desde lo individual que se transforma en universal, frente a un mundo que pareciera no ofrecer salida o, al menos, una no tan expedita.

"Escribo para los muertos, los no nacidos. Después de las 4.48 no volveré a hablar. He llegado al final de esta lúgubre y repugnante historia, la historia de una mente confinada en un cuerpo extraño, rechazada por el perverso espíritu de una mayoría moralmente intachable. He estado muerta por mucho tiempo. Devuelta a mis raíces, canto sin esperanzas en el límite."