jueves, 11 de septiembre de 2008

Estas pintadas han aparecido en Bilbao. Es un bar de ambiente. Las he estado mirando un par de minutos. Me ha costado reaccionar. Y luego he dudado en escribir una entrada o dejarlo ahí. Dejarlo ahí. Dejarlo ahí: Obviarlo.
Y no me da la gana.
Así que luego he pensado en contestar de alguna forma. Contestar con rabia. Con mucha rabia. Porque hoy es una pintada, mañana un par de ostias o una paliza.
A mí no me asustan sus amenazas.
Me cabrean.
Y las respondo.